Oremos
Señor Jesús, perdona mis ofensas hacia Ti y hacia mis hermanos, y regálame, Señor, la capacidad de amar, de servir, de entregarme a los demás.
Entra en mi vida, Señor, y también en mi corazón para que seas siempre mi Señor y mi Salvador, acudo hoy a Ti, Señor, para suplicarte tu perdón, soy un peregrino pecador, que regresa a tu regazo arrepentido de todas las ofensas que cometo contra Ti.
Ayúdame, a que mis frustraciones y mis fracasos no me amarguen la vida ni amargue la de los demás, sino que me ayuden a acercarme más a ti.
Ayúdame a que mis sufrimientos me ayuden a comprender a los demás cuando los vea inmersos en sus dificultades y hazme disponible a ayudarles siempre, dame un corazón sensible para amar.
Amén