¡Hola, querida familia! Bienvenidos a este espacio donde compartimos nuestras reflexiones y crecemos juntos en la fe. Hoy, vamos a explorar un pasaje que nos invita a mirar nuestro corazón y nuestra relación con Dios de una manera profunda y significativa.
¿Quién es mi prójimo? Descubriendo el amor radical de Jesús
"Un intérprete de la ley se levantó y dijo, para poner a prueba a Jesús: —Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna? Jesús replicó: —¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué lees en ella? El intérprete contestó: —“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente”, y a tu prójimo como a ti mismo. —Bien contestado —le dijo Jesús—. Haz eso y vivirás." (Lucas 18:18-20)
En el camino de la vida, el amor es la brújula que guía nuestros pasos hacia la eternidad.
Reflexión
El pasaje que hoy nos acompaña es una invitación a reflexionar sobre el amor en su forma más pura y desinteresada. Jesús, en su conversación con el intérprete de la ley, nos lleva a entender que el amor a Dios y al prójimo no son solo mandamientos, sino el corazón mismo de nuestra fe. Este amor no es algo que podamos medir o cuantificar, sino una actitud que debe permear cada aspecto de nuestra vida.
El intérprete de la ley, en su deseo de poner a prueba a Jesús, busca una respuesta que le permita justificar sus propias acciones. Sin embargo, Jesús le responde con una pregunta que le invita a mirar dentro de sí mismo y a reconocer la verdad que ya conoce. El amor a Dios y al prójimo no es algo que se pueda cumplir con meras acciones externas, sino que requiere una entrega total de nuestro ser.
El amor que Jesús nos enseña es un amor radical, que no conoce límites ni fronteras. Es un amor que nos llama a ver en el otro no solo a un semejante, sino a un hermano, a un hijo de Dios. Este amor nos desafía a salir de nuestra zona de confort, a romper con nuestras barreras y prejuicios, y a abrazar al otro con la misma compasión y misericordia con la que Dios nos abraza a nosotros.
En un mundo donde el egoísmo y la indiferencia parecen ser la norma, el mensaje de Jesús resuena con una fuerza particular. Nos recuerda que estamos llamados a ser luz en la oscuridad, a ser sal en un mundo que ha perdido su sabor. Este llamado no es fácil, pero es el camino que nos lleva a la vida plena, a la vida eterna.
El amor a Dios y al prójimo no es una opción, sino una necesidad. Es el aire que necesitamos para respirar, la luz que nos guía en nuestro caminar. Es el fundamento sobre el cual construimos nuestra vida y nuestra fe. Es el legado que Jesús nos dejó y que estamos llamados a vivir y a compartir con los demás.
Aplicación para la Vida
Amor Incondicional: Practica el amor sin esperar nada a cambio, tal como Dios nos ama.
Empatía Activa: Busca entender y sentir el dolor del prójimo, ofreciendo consuelo y apoyo.
Servicio Desinteresado: Encuentra maneras de servir a los demás sin buscar reconocimiento.
Perdón y Misericordia: Perdona a quienes te han ofendido y sé misericordioso como Dios lo es contigo.
Oración Constante: Mantén una relación constante con Dios a través de la oración, pidiendo su guía y fortaleza.
Oremos
Señor, te pedimos que nos llenes de tu amor para que podamos amar a los demás como tú nos amas. Ayúdanos a ver en cada persona a un hermano, a un hijo tuyo, y a tratarlos con la misma compasión y misericordia con la que tú nos tratas. Que nuestro amor sea sincero y desinteresado, y que podamos ser luz en la oscuridad y sal en un mundo que ha perdido su sabor. Amén.
Soy amado incondicionalmente por Dios.
Mi vida está llamada a reflejar el amor de Dios.
Estoy comprometido a amar a mi prójimo como a mí mismo.
Pregunta para conversar
¿Cómo podemos, en nuestra vida diaria, vivir el amor radical que Jesús nos enseña? Comparte tus pensamientos y experiencias.
Canción: Ruego yo por ti - Jerry Paladino
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