Gracias Padre por mi vida, puedo respirar el Olor de tu Gloria. Huele a Paz, a Nuevas Oportunidades. Se están renovando tus Misericordias. Hay un delicado aroma de Tu Presencia.
Eres tan real en mi vida como el aire. Tu Amor fluye como Río y Tú Espíritu Santo se pasea por cada rincón impartiendo Consuelo y sanando la tristeza de los corazones quebrantados.
¡Gracias por Tu Fidelidad! ¡Nadie como Tú Señor! ¡Nadie!
Tu Amor es Inmenso y es ETERNO.
¡Amén!