"Jesús y sus discípulos fueron a las aldeas cerca de Cesarea de Filipo. En el camino les preguntó: '¿Quién dice la gente que soy yo?' Respondieron: 'Algunos dicen que Juan el Bautista, otros que Elías, y otros que uno de los profetas.' Pero él les preguntó: 'Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?' Pedro respondió: 'Tú eres el Mesías.'" (Marcos 8:27-29)
La pregunta de Jesús a sus discípulos, "¿Quién dicen que soy yo?", es una invitación profunda a reflexionar sobre la naturaleza de Dios y nuestra relación con Él. En la Encarnación, Jesús no solo reveló quién es Dios, sino que también desafió nuestras expectativas y prejuicios. La confesión de Pedro, "Tú eres el Mesías", es un momento crucial que nos recuerda la importancia de reconocer a Jesús como el Hijo de Dios. Sin embargo, Pedro también nos muestra cómo nuestras ideas humanas pueden distorsionar la verdadera identidad de Jesús. Cuando Jesús habla de su sufrimiento y muerte, Pedro lo reprende, mostrando que aún no comprende plenamente el plan divino. Jesús, al reprender a Pedro, nos enseña que debemos mirar más allá de nuestras propias ideas y preferencias para ver a Dios tal como Él es.
En nuestra relación con Dios, es tentador recrearlo a nuestra imagen, atribuyéndole nuestros valores y creencias. Sin embargo, la verdadera fe requiere abnegación, negar nuestras ideas egoístas y permitir que Dios nos transforme. Jesús se negó a ser definido en nuestros términos y nos llama a hacer lo mismo. Al dedicarnos a Dios, no lo cambiamos según nuestras preferencias; en cambio, nos volvemos quienes Él nos creó para ser. Esta es la esencia de la teología trinitaria encarnacional: reconocer que, en la Encarnación, Dios se revela a sí mismo de manera completa y nos invita a una relación transformadora.
La revelación de Jesús como el Mesías es un llamado a la abnegación y a la transformación. Nos invita a dejar de lado nuestras ideas preconcebidas y a abrazar la verdadera identidad de Dios. Al hacerlo, experimentamos una relación más profunda y auténtica con Él, permitiendo que su gloria se manifieste en nuestras vidas de maneras que nunca imaginamos.
Aplicación para la Vida
Reconoce a Jesús como el Mesías: Acepta la verdadera identidad de Jesús y su papel en tu vida.
Niega tus ideas egoístas: Deja de lado tus prejuicios y expectativas humanas sobre Dios.
Mira a Jesús para definir a Dios: Permite que la revelación de Jesús en la Encarnación moldee tu comprensión de Dios.
Abraza la abnegación: Practica la auto-negación y la entrega total a Dios.
Permite que Dios te transforme: Deja que Dios te cambie y te vuelva quien Él te creó para ser.
Oremos
Señor Jesús, gracias por revelarnos quién es Dios a través de tu Encarnación. Ayúdanos a reconocerte como el Mesías y a negar nuestras ideas egoístas. Que podamos mirarte a ti para definir a Dios y permitir que tu gloria se manifieste en nuestras vidas. Amén.
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